Cada
dia surgen noticas sobre avances cada vez mas novedosos en lo que a
tecnología se refiere. Algo que me llamo la atención en los últimos dias
fue la implantacion de una vena bioartificial
a una niña. Esta vena estaba construida a partir de sus propias células
madre. Es la primera paciente del mundo a la que se le implanta este
tipo de tecnología.
He
aquí, como siempre suele ocurrir con los nuevos avances en ciencia en
general, y en biotecnología, bioingeniería y ciencias afines en
concreto, un nuevo debate ético y moral orquestado por la sociedad y las
personas que la guían, entiéndase iglesia, gobierno...etc.
Y
eso que ya no es familiar esta palabra, e incluso yendo más allá el oír
la palabra niño medicamento, es decir, la fecundación a partir de
embriones seleccionados genéticamente para curar a un hermano/a con una
enfermedad incurable a partir de las células madre del feto. Un caso
reciente es el de las gemelas de valencia, las cuales son histocompatibles, (HLA), y engendradas para salvar a su hermano Izan, afectado de Adrenoleucodistrofia.
Socialmente
hay un gran debate sobre el uso de estas. La controversia sobre las
células madre es el debate ético sobre las investigaciones de la
creación, uso y destrucción de las células madre embrionarias. La
oposición a las investigaciones dice que esta práctica puede llevar a la
clonación y fundamentalmente a la desvalorización de la vida humana.
La
iglesia suele estar en contra de estas prácticas, así como los llamados
grupos de defensa del derecho a la vida (grupos Pro-Vida), los cuales
se oponen desde abortos hasta el uso de embriones y células madre
extraídas de estos para realizar tratamientos tanto de reproducción
asistida como de medicina regenerativa, etc. De acuerdo con muchas
religiones y sistemas éticos, la vida humana comienza en la fecundación.
Según sus argumentos, cualquier medida para detener el desarrollo
después de la concepción es sinónimo de destrucción de una vida humana.
Las
críticas también llegan de otros grupos sociales que no tienen un
problema moral con la investigación con células madre humanas pero
tienen miedo de un precedente para la experimentación humana. Otros
apoyan la investigación, siemrpe y cuando se impongan estrictas normas
legales que permitan impedir la experimentación genética con humanos y
que garanticen que los embriones humanos se obtengan únicamente de
formas apropiadas.
Incluso
dentro de la comunidad médica y médico-científica, existen diferentes
puntos de vista, que comulgan con los postulados anteriores, y que van
desde considerar que los embriones son organismos vivos que dentro de 9
meses serán seres humanos con derechos, por lo cual no es ética su
destrucción, hasta los que consideran que en la edad temprana de un
embrión lo que se tiene es un brote de células con su masa inerte, es
decir, no es un ser humano.
Este
debate constante, ha hecho que autoridades de todo el mundo busquen la
regularización en los trabajos y marquen el hecho de que las
investigaciones con células madre embrionarias representan un desafío
ético y social.
Esto
implica que el uso de esta tecnología, en gran parte del mundo en
general y en Europa y España en particular, es complicada y está muy
regulada, partimos de una ley de reproducción, la de hace veinte años,
que permitió trabajar con una perfecta adaptación tanto a la demanda
como a las necesidades de los pacientes, comentaba Anna Veiga,
allá por el 2008, momento en el cual parecía resolverse una fuerte
polémica que obligó allá por el 2002 a investigadores como el español
Dr. Bernat Soria a trabajar a caballo entre su puesto en aquel momento
en la Universidad de Elche y Singapur, donde no había restricciones.
En
esa ley, ya se permitía trabajar con embriones humanos, pero había
determinadas interpretaciones que apelaban a la prudencia. En el 2003
fue cuando quedó más o menos definido cómo se podía trabajar con estos
embriones humanos, algo que se hizo efectivo en la práctica en 2005.
Desde entonces, en España se trabaja con células madre embrionarias en
varios centros, siendo el Banco de Líneas Celulares del Centro de
Medicina Regenerativa de Barcelona el más importante y representativo
encabezado por la Dra. Anna Veiga.
Esto mismo sucedió en otros países, y en USA, por ejemplo, en 2007, se aprobó la regulación del uso de células madres embrionarias.
Desde
aquel momento, aunque sigue habiendo reticencias sociales, el estudio
de estas está más regulado y amparado legalmente, no al 100% y con leyes
que son reinterpretables dependiendo del punto de vista con el que se
mire, pero con una gran mejoría respecto a los primeros años del siglo
XXI.
- Unión Europea: sí líneas celulares embrionarias, no clonación terapéutica.
- Estados
Unidos: es legal la creación de líneas celulares pero sin fondos
públicos. La legalidad de la clonación terapéutica depende del
estado en que se encuentre.
- Reino Unido: Sí líneas celulares embrionarias. Sí a la clonación terapéutica.
- Suecia: Sí líneas celulares embrionarias. La clonación terapéutica es legal.
- Israel: legal líneas celulares embrionarias y la clonación terapéutica.
- China: legal líneas celulares embrionarias y la clonación terapéutica.
- Brasil:
líneas celulares embrionarias legales de embriones creados por
fertilización in-vitro con 3 años de edad/ No legal la clonación
terapéutica .
- Corea del Sur: Sí líneas celulares embrionarias. Permitido con autorización del Ministro de salud del país.
- Singapur:
líneas celulares embrionarias legal si el blastocito o embrión es
destruido 14 días después de la fecundación. Es legal la clonación
terapéutica.
- Australia: Sí líneas celulares embrionarias, no clonación terapéutica.
Pero
no sólo de células madres embrionarias vive la ciencia. Estas han sido
siempre las más polémicas y de las primeras en utilizarse, así como las
más usadas debido a su mayor potencial respecto a otras; pero aun asi,
hay muchos más tipos, los cuales no suscitan tantas controversias.
Células madre embrionarias (pluripotentes): Generalmente se obtienen de la masa celular interna del blastocisto.
El blastocisto está formado por una capa externa denominada
trofoblasto, formada por unas 70 células, y una masa celular interna
constituida por unas 30 células que son las células madre
embrionarias que tienen la capacidad de diferenciarse en todos los tipos
celulares que aparecen en el organismo adulto, dando lugar a los
tejidos y órganos. En la actualidad se utilizan como modelo para
estudiar el desarrollo embrionario y para entender cuáles son los
mecanismos y las señales que permiten a una célula pluripotente
llegar a formar cualquier célula plenamente diferenciada del
organismo. Asimismo, están comenzando a ser utilizadas con éxito en
terapias biomédicas.
- Células madre germinales: Se trata de células madre embrionarias pluripotenciales que se derivan de los esbozos gonadales del embrión.
- Células madre fetales: Estas células madre aparecen en órganos fetales como hígado y pulmón
y poseen características similares a sus homólogas en tejidos adultos,
aunque parecen mostrar mayor capacidad de expansión y
diferenciación. Su procedencia no está del todo clara. Podrían tener
origen embrionario o bien tratarse de nuevas oleadas de progenitores
sin relación con las células madre embrionarias.
- Células madre adultas:
Son células no diferenciadas que se encuentran en tejidos y órganos
adultos y que poseen la capacidad de diferenciarse para dar lugar a
células adultas del tejido en el que se encuentran, por lo tanto se
consideran células multipotenciales. Se conocen hasta ahora alrededor de
20 tipos distintos de células madre, como pueden ser las
hematopoyéticas (sangre), las fetales (riñón) o las de la piel entre
otras.
Tras
la regulación, y la “estabilización” de las protestas, los avances han
ido llegando cada vez más lejos, como por ejemplo en este caso de la
vena artificial, la cual precisamente no se produce a partir de células
embrionarias, sino a partir de células de la médula ósea de la paciente,
las cuales se insertan en un tejido capilar extraido de un cadáver.
Actualmente, se utilizan más células madre adultas, del propio paciente,
que embrionarias, para evitar posibles rechazos,porque son extraídas
del propio paciente.
Las células madre tienen multitud de usos clínicos pues pueden ser empleadas en medicina regenerativa, inmunoterapia y terapia génica.
De hecho en animales se han obtenido grandes éxitos con el empleo de
células madre para tratar enfermedades hematológicas, diabetes de tipo
1, párkinson, destrucción neuronal e infartos. Muchos descubrimientos
médicos hacen creer que los tratamientos con células madre tienen el
sistema para cambiar la cara humana, curar enfermedades y aliviar el
dolor.
Existen
algunos tratamientos con células madre, pero la mayoría todavía se
encuentran en una etapa experimental. Investigaciones médicas anticipan
que un día con el uso de la tecnología, derivada de investigaciones para
las células madre adultas y embrionarias, se podrá tratar el cáncer,
diabetes, lesiones de la espina dorsal y daños en los músculos, entre
otras enfermedades. Muchos tratamientos prometedores para enfermedades
graves han sido aplicados usando células madre adultas. El abanico de
posibilidades que nos ofrecen, es pues, inmenso.
Aparcando
estas polemicas, Realmente, lo que se puede lograr a través de las
células madre, hoy por hoy, no tiene frontera conocida, ya que es un
campo enorme en cuya exploración estamos comenzando a introducirnos.
Volviendo
a la noticia con la que abríamos el post, el siguiente paso, inmersos
como estamos en nuevas terapias y tecnologías al servicio del ser
humano, ya sería la inserción de estas células en venas artificiales, las cuales ya existen.
La
ciencia y la tecnología no tiene límites, el único límite debería ser
su buen uso y su uso en beneficio de la sociedad. En los próximos años,
así como ha ocurrido desde hace décadas, asistiremos a cambios ahora
impensables, lo mismo que hace 20 años ocurría con cosas que ahora nos
son cotidianas.
Asistiremos
a grandes avances, que esperemos sean buenos para la sociedad, y que
desde luego debemos juzgar y aceptar o rechazar como sociedad que somos,
haciendo un ejercicio de responsabilidad , moral y ética, de forma
libre, nunca condicionados por influencias externas.
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